Un año de crisis queda atrás. Es el primer cambio de año que
no me tomo las uvas, no vaya a ser que la cosa empeore. Las buenas cosas
ocurridas este año: terminas un nuevo curso, encuentras un curro que, aunque no
llegas a fin de mes, al menos, te alivia los gastos; mejoras en la adquisición
de conocimientos, puesto que sigues batallando en el día a día, intentando
crecer ante la incertidumbre. Recuerdas a los caídos y abrazas a los que
quedan. Tan sólo me atrae la idea de tener salud para llegar a casa y seguir
despertando cada mañana con el fin de mejorar el día anterior.
Lo malo en este año, si cabe, ves a través de un fino
cristal lo que te rodea. Las huelgas, las manifestaciones, la desidia de la
gente que no puede llegar a más ante una situación insoportable. Crecen los enanos, dicen. Crecen ante un
gobierno que no para de tomar decisiones, a veces injustas, detestadas, pero
con un rumbo firme, sin inseguridades, pase lo que pase implacable. Hay que seguir, nos dicen, nos
depara un año duro, muy duro, que mejorará en el último trimestre del 2013.
El problema es que hay gente que ya no puede más, el final del trimestre sí, pero
hay que saltear no sin esfuerzo lo que hay en el camino. Nos preguntamos si
tanto esfuerzo merecerá la pena, los que opinan que sí, agachan la cabeza y
aceptan lo que les venga, se ríen de la adversidad; los que opinan que no, salen
a las calles, en pos de un último grito, del último aliento antes de la desidia,
del abismo, de la caída al vacío.
El problema es que observamos que los que originaron este
problema siguen danzando como si de un baile se tratara. En verdad, ellos no
son los que danzan, los que sí lo hacen somos los demás, los que no
pertenecemos a esa estirpe considerada élite, yo lo llamaría demagogos. Somos
meras marionetas, manejadas con los hilos de la inflación, la deflación, la subida
de la luz, del gas, del iva, del transporte, de los ere’s, del irpf…, a cada
paso que avanzamos sale un hilo más del que tirar. ¡Danzad malditos, danzad! Nosotros seguiremos haciendo negocio. No nos
ayuda nada ver cómo nos aprietan mientras ellos
siguen en ese escalón, tan alto que es inalcanzable, salvo cuando hay
elecciones.
Mientras, nuestra prima nos seguirá acompañando, es la
suegra indeseada, ese invitado repulsivo de la especulación, creada para
originar mayor desequilibrio económico, perjudicar a unos para mejorar
(enriquecer) a otros; creada para seguir llamándonos la atención de los pasos
que damos y de los que deberíamos dar.
Estamos en fechas con deseos e ilusiones. Queremos aferrarnos
a ellos. Que no decaiga y sigamos mejorando día a día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario